Sí, sí, habéis leído bien. Esta semana hemos tocado el piano en nuestra nariz.
El lunes estuvimos hablando sobre como podíamos hacer música con nuestro cuerpo. Lo primero que hicimos fue ponernos a bailar, pero eso no era música exactamente.
Pensando un ratito nos dimos cuenta que podemos cantar, tocar palmas, hacer pitos (o intentarlo), silbar (o hacer algo parecido a un silbido), hacer que llueve (tocando con dos dedos sobre la palma de la otra mano), o bien haciendo que llueve con nuestra boca, por ejemplo.
Pero Laura nos dijo que tenía algo con lo que íbamos a hacer música, música como la que se hace con un instrumento musical, pero con nuestro cuerpo o con cosas que no son instrumentos.
Nos enseñó un tablet, ¡ah no! un portátil, ¡ah no! que es las dos cosas. Que sorpresa nos llevamos cuando vimos que la pantalla de ese portátil giraba y se ponía encima del teclado.
Pero lo chulo, y lo que hace magia de verdad es otra cosa. Es como un mando de una consola, pero un poco diferente. Tiene un montón de cables de colores con pinzitas. Y esas pinzas la profe las enchufó en el mando. Y además tiene otro cable mas largo que va al ordenador. Cuando lo enchufamos se encendieron unas luces en el mando.
No sabemos muy bien como funciona, y la verdad ahora mismo tampoco es lo importante, pero cuando varios de nosotros cogimos los cables pasó esto:
Os podéis imaginar nuestras caras la primera vez que vimos que "sonábamos", o que "sonaban" las chucherías, o los dibujos que habíamos hecho con lápiz sobre un papel normal. Aunque esos momentos no están grabados, en el vídeo podéis ver que en ningún momento nos dejó de hacer ilusión y de sorprender.
Al principio era tan "extraño" sentir que al tocar a un amigo sonara, que nos quedábamos paralizados, sin saber muy bien que hacer.
- Pero esto, ¿cómo puede ser?
- Pues porque es magia, y ya está.
- Mira Laura, si toco se enciende la luz.
- Anda, y ahora "no me funciono" (tocándose la nariz repetidamente).
- Es que no eres el blanco.
- Pero ¿estás tocando el metal?
- Y ésta batería, ¿me la puedo llevar a casa?.
- No, porque no tienes los cables.
- Pues le digo a papá que los compre en el mercadona.
Seguramente alguno de nosotros, os habremos intentado explicar en casa que habíamos tocado el piano en nuestra nariz. Y es que es tan difícil de explicar, que hasta a los mayores les cuesta hacerlo. Vamos a intentarlo a continuación (y si cuando acabéis de leer la entrada, os quedáis con ganas de más, recordar que Google os ayudará).
Ese mando se llama Makey Makey y es una placa que simula ser un teclado y un ratón (los cursores, el espacio y el clic). Así que cada cable que conectamos a cada una de las partes, lo que hace es mandar la orden al ordenador. Además de esto necesitamos un programa que ayude a codificar estas ordenes en sonido (bien de piano, de batería o de bongos, que son los que probamos).
Uno de esos cables es el que "manda" (la toma tierra). Nosotros siempre hemos puesto el blanco en esa posición. Por lo tanto, el que tenía el cable blanco al tocar a cualquier otro niño, chuche o dibujo, con otro cable de otro color, hacía que sonara.
Teníamos que tener varias cosas en cuenta. Si no teníamos el cable cogido por la parte de la pinza o metal no sonaba. Si yo no llevaba el cable blanco no podía hacer "sonar" ninguna cosa o niño.
Al jugar con nuestro cuerpo experimentamos donde "sonaba" y donde no. Por ejemplo, en la mano, nariz, moflete, labios, cuello, sí sonaba. En cambio si tocábamos en el pelo, en la ropa o zapatos no.
También probamos a tocarnos varios a la vez. Y menudo lío de sonidos.
Probamos a que tocara el niño del cable blanco a los demás, y también a que el resto de colores tocaran al blanco. También probamos a llevar dos cables cada niño.
Además comprobamos que las chuches que tenían azúcar no iban bien.
También probamos a enchufar cosas de nuestra clase: un peluche, las uvas del supermercado, un coche, plastilina, un animalito. Pero no conseguimos que nada funcionara bien.
Aunque no lo llegamos a probar, Laura nos contó, que Ainhoa (otra profe del cole), le había contado que con agua también funcionaba, y que con ese mando se puede jugar a algún vídeo juego.
Y ya cuando Laura cogió el cable blanco y se puso a tocar en nuestra nariz el inicio de la canción del Cumpleaños Feliz, casi nos da algo...
Este "juguete" se va a quedar unos días más en el cole, y la próxima semana, que celebraremos la "Semana matemática" volveremos a disfrutar con él en la exposición.
Una experiencia genial que no olvidaremos.
Al principio era tan "extraño" sentir que al tocar a un amigo sonara, que nos quedábamos paralizados, sin saber muy bien que hacer.
- Pero esto, ¿cómo puede ser?
- Pues porque es magia, y ya está.
- Mira Laura, si toco se enciende la luz.
- Anda, y ahora "no me funciono" (tocándose la nariz repetidamente).
- Es que no eres el blanco.
- Pero ¿estás tocando el metal?
- Y ésta batería, ¿me la puedo llevar a casa?.
- No, porque no tienes los cables.
- Pues le digo a papá que los compre en el mercadona.
Seguramente alguno de nosotros, os habremos intentado explicar en casa que habíamos tocado el piano en nuestra nariz. Y es que es tan difícil de explicar, que hasta a los mayores les cuesta hacerlo. Vamos a intentarlo a continuación (y si cuando acabéis de leer la entrada, os quedáis con ganas de más, recordar que Google os ayudará).
Ese mando se llama Makey Makey y es una placa que simula ser un teclado y un ratón (los cursores, el espacio y el clic). Así que cada cable que conectamos a cada una de las partes, lo que hace es mandar la orden al ordenador. Además de esto necesitamos un programa que ayude a codificar estas ordenes en sonido (bien de piano, de batería o de bongos, que son los que probamos).
Uno de esos cables es el que "manda" (la toma tierra). Nosotros siempre hemos puesto el blanco en esa posición. Por lo tanto, el que tenía el cable blanco al tocar a cualquier otro niño, chuche o dibujo, con otro cable de otro color, hacía que sonara.
Teníamos que tener varias cosas en cuenta. Si no teníamos el cable cogido por la parte de la pinza o metal no sonaba. Si yo no llevaba el cable blanco no podía hacer "sonar" ninguna cosa o niño.
Al jugar con nuestro cuerpo experimentamos donde "sonaba" y donde no. Por ejemplo, en la mano, nariz, moflete, labios, cuello, sí sonaba. En cambio si tocábamos en el pelo, en la ropa o zapatos no.
También probamos a tocarnos varios a la vez. Y menudo lío de sonidos.
Probamos a que tocara el niño del cable blanco a los demás, y también a que el resto de colores tocaran al blanco. También probamos a llevar dos cables cada niño.
Además comprobamos que las chuches que tenían azúcar no iban bien.
También probamos a enchufar cosas de nuestra clase: un peluche, las uvas del supermercado, un coche, plastilina, un animalito. Pero no conseguimos que nada funcionara bien.
Aunque no lo llegamos a probar, Laura nos contó, que Ainhoa (otra profe del cole), le había contado que con agua también funcionaba, y que con ese mando se puede jugar a algún vídeo juego.
Y ya cuando Laura cogió el cable blanco y se puso a tocar en nuestra nariz el inicio de la canción del Cumpleaños Feliz, casi nos da algo...
Este "juguete" se va a quedar unos días más en el cole, y la próxima semana, que celebraremos la "Semana matemática" volveremos a disfrutar con él en la exposición.
Una experiencia genial que no olvidaremos.