Cuenta la historia de Felipe, un cactus que estaba rodeado de otros seres vivos como él, pero que no se preocupaban mucho más allá de lo que era aparentar. Le enseñaron a estar callado, a no moverse, a dejarse admirar. Les gustaba tener su espacio limpio, ordenado y además estaban bien separados para no invadir el espacio del que tenían al lado.
Felipe nunca sintió que encajara allí, pensaba que su familia se preocupaban por cosas que no eran importante. Él solo quería sentirse querido, que le mostraran su amor y cariño y recibir un gran ABRAZO.
Lo que ocurría era que al ser un cactus y tener esos pinchitos, no le resultaba muy fácil ser aceptado por los demás.
Pero un día encontró a alguien con el que sentirse a gusto, pero había un problema... era un globo. ¿Qué pensáis que podría ocurrir cuando Felipe abrazó a su amigo? Efectivamente un gran desastre.
Salió hasta en el periódico, y como os imaginareis a una familia a la que solo le preocupaba lo que dijeran los demás, no le hizo mucha gracia esa noticia. Y en este caso, cuando Felipe peor se sentía, le hicieron sentirse además culpable de lo sucedido. Más que nunca quería recibir un ABRAZO.
Por eso un día decidió comenzar una nueva vida y asilarse de todos. Solo tenía su compañía. Leía, comía, jugaba a la consola... Pero el pequeño cactus se sentía triste y solo.
Lo que no sabía es que muy cerca de él, también había alguien que sentía la misma soledad.
No os podemos contar más para que descubráis como termina esta tierna historia.
Este cuento nos sirvió para hablar de lo que nos gustan los abrazos, de lo bien que nos hacen sentir. Cuando estamos tristes con como una medicina, nos curan.
Y que muchas veces para sentir mejor los abrazos, hasta cerramos los ojos, como hemos visto en el libro. Pero sobre todo lo que muchas veces nos hacen es sonreir y sentirnos mejor.
Y que muchas veces para sentir mejor los abrazos, hasta cerramos los ojos, como hemos visto en el libro. Pero sobre todo lo que muchas veces nos hacen es sonreir y sentirnos mejor.
Hablamos también de que muchas veces nos creamos una idea antes de conocer a las personas. Como Felipe que tenía pinchos y por pensaban de él que no le hacía falta un abrazo.
Este libro también nos sorprendió porque su portada y contraportada tenían una textura diferente, ¡era de tela! Y además, como algún otro cuento que hemos leído últimamente, sus guardas iniciales eran diferentes a las del final. Y nos gustó mucho descubrir lo que nos contaban cada una de ellas.
Os dejamos para terminar nuestros dibujos del cuento (ya veréis que son absolutamente preciosos) y un vídeo de la editorial.
Y ya sabéis....¡A DARSE MUCHOS ABRAZOS!
Abrázame
Simona Ciraolo
SM, 2014
Ahora sé la razón de que Alba me señala todos los cactus!!!��
ResponderEliminarJajaja!! Es que el libro nos dio para hablar de "esas plantas con pinchos de erizo", como me dijeron ellos.
EliminarUn besico.