Saturno es el segundo planeta más grande (es un poquito
mas pequeño que Júpiter), el sexto desde el Sol y el más distante visible a
simple vista. Antes de que se inventase el telescopio, Saturno era el más
alejado de los planetas que conocíamos y a simple vista no era ni luminoso ni
interesante. Hoy en día, después de haber inventado aparatos para poder
observarlo bien, le llaman "La joya del Sistema Solar" por lo bonito
que dicen que es.
Saturno fue el dios romano del tiempo y esto es quizás por
qué el más lento (en órbita alrededor del Sol) de los cinco planetas brillantes.
Es una enorme bola de gas y líquido abultada en el ecuador
(está achatado por los polos por su rápida velocidad de rotación) y con una
fuente de energía interna. Se compone principalmente de hidrógeno y es el menos
denso de todos los planetas, su densidad en menor que la del agua, así que si
existiera una piscina o un océano gigante, el único planeta que flotaría sería
Saturno, el resto se hundirían.
Está rodeado por un espectacular sistema de anillos. Sabemos que los anillos realmente no son anillos, si no que es materia que gira muy muy rápido alrededor del planeta. Es lo mismo que las aspas de un ventilador, que al ponerlo en marcha parece que es un círculo, pero sabemos que no es así. Los
anillos están formados por un millón de pedazos de hielo. Algunos son tan
grandes como nuestro colegio y otros minúsculos como una mota de polvo. Se
creen que son trocitos de una luna que se estrelló contra Saturno y se hizo
pedazos. El primero en ver los anillos fue Galileo Galilei, que hizo muchos
descubrimientos importantes. Sabemos que tiene siete anillos y que cada uno de
ellos está compuesto por miles de anillos mas pequeños.
También tiene
numerosos satélites, unos 60, y el más grande es Titán. Titán es un satélite que está rodeado por una atmósfera espesa cuya composición química es comparable a la que había en la tierra
hace miles de millones de años antes de que hubiera vida.
Un año de Saturno dura 29 años de la Tierra , es decir, que tarda
29 veces más que nosotros en dar la vuelta alrededor del Sol y un día dura sólo 10 horas, por lo que tarda
menos de la mitad que la Tierra
en dar una vuelta sobre sí mismo como una peonza.
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