La semana pasada tuvimos la visita de Mayte, la mamá de Pablo, que vino para realizar la actividad Cuentacuentos en familia.
Eligieron un cuento precioso titulado: ¿A qué sabe la luna?
Eligieron un cuento precioso titulado: ¿A qué sabe la luna?
Para empezar colocaron una tela negra en la que aparecía la luna y varias estrellas. Todos estábamos expectantes ¿qué iba a ocurrir?
Y el cuento comenzó.
Hacia mucho tiempo que los animales querían descubrir a qué sabía la luna, pero por más que lo intentaban no llegaban a alcanzarla. Se dieron cuenta de que si formaban una torre de animales llegarían a ella. Así pues la tortuga, el elefante, la jirafa, la cebra, el león, el zorro, y el mono fueron subiendo uno sobre otro, pero todavía no era suficiente. El pequeño ratón escaló la altísima torre de animales y gracias a la cooperación de todos ellos, consiguieron el objetivo común, probar la luna. La historia no acaba aquí, si no que tiene un sorprendente final.
Os dejamos el vídeo del cuento con algún cambio, pero ya sabéis que no hay nada como coger el libro en una biblioteca o librería.
Mientras Mayte iba narrando el cuento, Pablo iba pegando uno a uno los animales sobre la tela que habían traído. La sorpresa llegó cuando el ratón llegó a la luna, y de detrás de la tela apareció una luna muy especial que pudimos saborear todos. Tras el cuento, comentamos a qué nos había sabido a nosotros.
Y sí, nos contó la receta del solomillo Welllington y jugamos también a cocinarlo con los pasos que nos iban dando.
Estuvimos hablando de la importancia de hacer las cosas en grupo, ya que ayuda a conseguir un objetivo común. La tortuga sola, no hubiera llegado a la luna, pero gracias a la coordinación de todos los animales llegaron a ella.
Estuvimos hablando de la importancia de hacer las cosas en grupo, ya que ayuda a conseguir un objetivo común. La tortuga sola, no hubiera llegado a la luna, pero gracias a la coordinación de todos los animales llegaron a ella.
Pero aún nos quedaba una sorpresa más. Pablo y Mayte nos habían traído unas bolsitas con galletas de animales para cada uno, como recuerdo de este día.
Y como nos habíamos quedado con más ganas de luna, seguimos comiendo a trocitos nuestro satélite.
Muchas gracias por esta fantástica tarde.
Os dejamos las fotografías de la actividad, y también el regalo que le hacemos a Mayte en forma de dibujo.
¿A qué sabe la luna?
Michael Grejniec
Kalandraka, 1999
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