29 de noviembre de 2016

Miguel y Pablo van por primera vez al cine

Este fin de semana Miguel y Pablo han ido por primera vez al cine, y eso... ¡es toda una experiencia!


Por eso han querido compartir con nosotros ese momento tan especial.



Fueron a ver Trolls y les gustó un montón. A los Trolls lo que más les gusta era cantar, bailar y darse abrazos.

Estaban muy ilusionados y se lo pasaron genial.

Hace ya algunos días, algunos de nosotros contamos en clase que fuimos a ver esta película al cine y en algún caso era también nuestra primera vez.


Muchas gracias por compartir con nosotros
estas experiencias tan relevantes a nuestra edad.
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27 de noviembre de 2016

El bizcocho de Alba

Ayer os contábamos que Alba nos había traído un bizcocho super rico por su cumpleaños.

Hoy queremos compartir las fotos que nos han llegado a nuestro email donde la vemos "con las manos en la masa". Y tal y como nos ha contado su mamá: Alba está hecha una mini chef, después de vaciarlo en el molde le gusta rebañar el vaso.





Gracias por compartir estos momentos con nosotros 
(y por supuesto por el bizcocho que os salió riquísimo!!)

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26 de noviembre de 2016

El cumpleaños de Alba

Esta semana ha cumplido 4 años Alba y lo ha celebrado con nosotros en clase.


Para ello trajo un bizcocho super rico que había preparado con sus papás (os enseñaremos las fotos de nuestra cocinera en otra entrada) y unos batidos y zumos super ricos.


Y ya veis lo contenta que estaba con su postal firmada por todos nosotros.

También trajo un globo con un número 4 que nos gustó mucho, y es casi casi ya todos tenemos esos años.



Muchas gracias por todo.





Le dejamos este vídeo de regalo.

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25 de noviembre de 2016

La carta de Ana

Hoy nos hemos llevado una gran alegría. Laura nos ha contado que ayer, cuando revisó su buzón se encontró con una carta.

Cuando la hemos visto...

- ¡Pero si hay un bote de Simón!
- Sí, está Simón.
- ¡Léenos lo que pone!

Así que hemos descubierto que Ana Meilán, autora del cuento Lágrimas bajo la cama, le había mandado una carta a Laura.


¡Pero era una carta para nosotros!

Ya sabíamos que Ana nos había dejado un mensaje en la entrada del blog donde os hablamos de su cuento y de nuestro bote de lágrimas, y nos emocionó mucho, pero ver la carta (algo material que podemos tocar) nos ha ilusionado muchísimo.

Nuestros ojos se han abierto como platos y hemos escuchado atentamente todo lo que nos había escrito. Unas palabras llenas de cariño y amor.


Y además...una postal-pegatina en la que aparece Simón con un gorro de Papá Noel junto a un árbol de Navidad, en la pone: FELIZ NAVIDAD. Nos ha gustado mucho ver que algunos de los adornos del árbol eran lágrimas y le hemos pedido a la profe que nos leyera lo que ponía: ALEGRÍA, RISA, ILUSIÓN, CARICIAS.

De parte de todos nosotros y también de Laura 
MUCHÍSIMAS GRACIAS por este detallazo.


Ojalá esta Navidad bajo nuestro nuestro árbol uno de los regalos sea la historia de Simón.



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24 de noviembre de 2016

Así nos imaginamos a Julio Verne

Hace unos días recibimos una carta de Roque.



En ella, nos contaba que había viajado en una máquina del tiempo y había conocido a Julio Verne.

- Sí, es una máquina que te lleva al futuro. Yo la he visto en una película.

Laura nos contó que la máquina de la que hablaba Roque era del pasado, y con ella se había trasladado a un tiempo que ya había sucedido y ya había pasado.

Así que comenzamos a imaginarnos quién era Julio Verne.

Para eso, teníamos una presentación con unas imágenes que nos servían de pistas. Fueron apareciendo una a una, y nos detuvimos en cada una de ellas para explicar qué veíamos, para qué servía...

- Es un mapa.
- Si, de los piratas cuando buscan el tesoro.
- Pero tiene un jarrón al lado.
- Porque en ese jarrón guardan los mapas.

Laura nos explicó que podría ser un mapa, y que efectivamente había algo que parecía un jarrón. Pero también podría ser un pergamino, con una pluma y un tintero. Y es que hace muchos años, no había cuadernos, lápices o bolígrafos.

- Si, yo he visto esas plumas en una tienda. Parecen de pájaro.
- Pero seguro que pintaban con pinturas.
- O tenían un ordenador.
- Y veían la tele.
- O el tablet.

Nuestras caras eran de sorpresa absoluta, cuando Laura nos decía que todas esas cosas no existían hace años.

- Entonces le gustaba escribir.
- Hacía dibujos para sus papás, sin pinturas, claro.

Después aparecieron unos libros.

- Sí, le gustaban los cuentos como a nosotros.
- Y se los leía su profe como haces tú.
- Y también sus papás.
- Iría a casa de Roque...
- Pero igual tampoco tenía biblioteca. Como no tenía ni pinturas, ni nada.

Tras los libros apareció esto:




- Eso es un planeta.
- Sí es un país grande.
- Lo azul es el mar y lo verde es tierra para andar.
- Es el planeta Tierra.
- Igual cogió un cohete y bajo a la Tierra.
- Mi hermano tiene una como esa que gira y gira.
- Pues que viaja por la Tierra.

Mas tarde vimos...¡UN TELESCOPIO!. No dudamos su nombre cuando lo vimos.

- Es para ver las estrellas, el cielo y la luna.
- Igual le gustan los telescopios para ver las estrellas fugaces.
- A lo mejor se lo ha comprado.
- Pero ¿y si tampoco había tiendas?
- Y veía la luna por la noche.
- Podía ver el espacio exterior.
- ¿Y eso que es?
- Pues es lo de fuera, el cielo.

Y claro todo encajaba con la siguiente imagen que vimos.

- Pues Julio iba en cohete.
- Igual vio alien y alienígenas.
- Si y fue a dar un paseo por allí.

La última imagen que vimos en la presentación fue esta:



- Eso es para que nade por debajo del mar, para ver como viven los peces, los tiburones, los pulpos.
- Pero los tiburones viven más lejos (abajo) y no los puede ver.
- Pues eso es que viajaba debajo del mar.

Así que cuando vimos todas las imágenes, Laura nos volvió a preguntar qué pensábamos ahora de Julio Verne.

- Julio podía leer cuentos o escribirlos.
- Le gustaban las estrellas y viajaba a los planetas.
- Julio era viajante del mar.

Con toda esta información en nuestra cabeza hicimos un dibujo imaginándonos como podría ser Julio Verne. Y este fue el resultado:




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20 de noviembre de 2016

Jugando en un bosque de otoño

Durante las últimas sesiones de plástica hemos estado preparando un mural del otoño.


Lo primero que hicimos fue hacer los árboles. Pero como no todos los árboles son iguales recordamos algunas cosas.

Laura nos preguntó cuales son las PARTES DE UN ÁRBOL. Y lo tuvimos claro:

- El tronco.
- Las ramas.
- Las hojas.

Y no estábamos equivocados, pero nos faltaba alguna cosa. 

- ¿Cómo se sujetan los árboles a la tierra? (Laura)
- Pues con los pies, se quedan quietecitos y de ahí no se mueven.
- Y si viene aire le sujeta un amigo.
- ¿Por donde "comen" los árboles para hacerse grandes? (Laura)
- Pues algunos bichos les dan de comer.

Así que de esta forma descubrimos las raíces, algo imprescindible para las plantas.

Efectivamente, los árboles tienen tronco, de él salen las ramas, y de las ramas salen las hojas. Pero no todas las ramas son iguales. Algunas son grandes y otras pequeñas, por eso les llamamos ramitas.

Además algunas veces los árboles tienen flores o frutos

Pero lo que mas nos llamó la atención fue que si dividiésemos a un árbol en tres partes tendríamos: las raíces (que están debajo de la tierra), el tronco y la copa (que es toda la parte de arriba: hojas, ramas, ramitas, flores y frutos).

- Sí, copa como la de los campeones.
- Y como la de beber vino.

Nos quedó muy claro que hay muchas copas diferentes.

Y después Laura nos volvió a hacer otra pregunta.

- ¿Y pensáis que todas las copas de los árboles son iguales? (Laura)
- No, en otoño solo hay ramas y ramitas.
- Sí, porque las hojas se caen, se secan y se queda peladito.
- Algunos tienen hojas muy grandes.
- Y otros palitos (probablemente hablemos del pino).
- ¿Y si miramos por la ventana? (Laura)

Y pudimos ver árboles diferentes. Al fondo el ciprés, alargado, alto y puntiagudo. En el patio del recreo el platanero, mas bajito con la copa mas redonda...

Así que la profe dibujo varios ejemplos en la pizarra y cuando vimos una copa con forma de triángulo gritamos:

- ¡Como el de Navidad!

Y es que es así, el abeto tiene forma triangular.

Vimos muchas formas diferentes de copas.

Con toda esta información solo quedaba saber con qué íbamos a hacer nuestros árboles.

Los hicimos con témperas pero además de utilizar los pinceles también usamos bastoncillos de algodón y se nos ocurrió que con los dedos también podíamos simular las hojitas.

Eso si, todo en colores otoñales, que tenemos clarísimo cuales son.


Una vez secos los recortamos.

También teníamos que dibujarnos, para eso Laura había preparado nuestras fotos y bajo ellas dibujamos nuestros cuerpos con rotulador y pinturas. Después también las recortamos.

En un gran papel de color amarillo estampamos esponjas de formas para hacer el suelo de nuestro bosque, y con pinceles pintamos dos grandes nubes.



Cuando todo estaba seco cada uno pegamos donde quisimos nuestros árboles y nuestros cuerpos.

El resultado, como veis ha sido espectacular y por eso lo hemos pegado en el pasillo, justo encima de nuestras perchas.



Todos juntos jugando en un bosque de otoño.

Os dejamos algunas fotografías del proceso.







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19 de noviembre de 2016

Alba y Pablo en Dinópolis

Hoy queremos enseñaros las fotografías que han compartido con nosotros Alba y Pablo.

El fin de semana pasado estuvieron en Dinópolis y nos contaron muchísimas cosas de lo que vieron.

- Hace muchos años había dinosaurios.
- Pero ya no, porque explotó un volcán y desaparecieron.
- Ahora solo quedan los huesos y los esqueletos.
- También vimos una tortuga gigante, su esqueleto.
- Y me metí en un huevo de dinosaurio, grande, grande...
- En una pantalla había un dinosaurio que parecía que te comía. 









Emocionados escuchamos sus explicaciones y nos surgieron muchas dudas sobre estos seres que tanto nos llaman la atención.

- Tendremos que estudiarlos.

Muchas gracias por compartir vuestro viaje con nosotros y por despertarnos tanta curiosidad.
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18 de noviembre de 2016

Lágrimas bajo la cama

Por fin comenzamos a contaros algún cuento de los que hemos leído en clase (que llevamos un retraso!!!!).

Y el primero es precisamente el último que hemos contado descubierto: Lágrimas bajo la cama.

Todo surgió cuando el lunes comenzamos a hablar de las lágrimas, ya que uno de nosotros había visto como le caía por el ojo una lágrima a una señora, pero no era una lágrima por estar triste, si no que era de emoción.

- Pero ¿de emoción?
- ¿Qué es emoción?
- Pues si te pones contento y algo te gusta mucho o te acuerdas de una cosa...
- Sí, no era de pena.
- Pero se llora cuando estamos tristes.
- Y también cuando estamos contentos.
- Sí porque a mi mamá si le gusta una canción, a veces llora.
- Y también los bebés, que lloran mucho.
- A veces lloramos si nos enfadamos.

Laura nos observaba atentamente. Ella había pensado leernos este trimestre un cuento muy especial sobre este tema, pero escuchándonos pensó que era ya el momento de llevarlo a clase.

Así que el jueves nos presentó a Simón, el niño del que nos había hablado.

Cómo hace siempre, Laura nos contó cómo había llegado este cuento a sus manos. 

Este verano leyendo en una página de Internet donde nuevos escritores cuentan cosas sobre sus libros, conoció a Ana, la autora del cuento. Ella explicaba quién era Simón. Y nuestra profe se enamoró de su historia. 

Así que se lo encargó y en poquitos días lo tenía en su buzón. Además venía dedicado (que eso es cuando el que ha escrito algo le escribe una frase bonita al que lo ha recibido). Pudimos ver las letras de la dedicatoria, que eran de las "pequeñas" y también vimos su firma.

Tras pedirle que nos mostrara la portada, contraportada, guardas y lomo... (cosa que ya hemos cogido por rutina antes de leer un libro), nos enseño un bote. Un bote que tenía algo azul, un bote que nos dejó intrigados.

Embobados, casi sin pestañear escuchamos la historia.


Simón era un niño, que desde muy pequeñito siempre le decían que era un llorón. Lloraba por todo: por que tenía sueño, porque tenía hambre, porque le quitaban un juguete, porque no quería ir al cole o después irse a casa... 

Así que cansado de esa "etiqueta" y de escuchar el constante: "¡Simón eres un llorón!", decidió que ya no iba a llorar más y comenzó a guardar todas sus lágrimas en un bote. ("¡Ahhhhhhh, ese bote!").



Tras esto alguien le dijo que era un "hombre hecho y derecho", y hasta se pone bigote y barba de hombrecito.

Y eso le hizo pensar que la gente sería más feliz si no lloraba, por eso comenzó también a recoger las lágrimas de los demás. Resulta que todos lloraban, ¡hasta los mayores!. No tardó mucho en tener botes y botes bajo su cama.


Y en ese momento algo cambió: nadie podía expresar sus emociones. Todos tenían una cara que no decía nada. Y felices, felices, no se les veía precisamente.


Así que decidió poner remedio, porque eso era terrible ya que tenemos que exteriorizar todas nuestras emociones para sentirnos libres. 

Abrió sus botes y las lágrimas pudieron salir y volver con sus dueños.



Pedimos a Laura que nos lo leyera de nuevo. Y finalizamos como hacemos siempre, viendo el cuento en silencio y haciendo gestos (dramatizando) de lo que ocurre en cada página.

El libro nos dio para hablar de muchos temas diferentes.

Cómo nos sentimos cuando alguien nos dice que somos unos llorones.
Cómo se sentiría Simón si todo el mundo le llamaba igual.
Si los mayores también lloran.
Si todas las lágrimas son por estar tristes.
Cuándo lloramos y por qué cosas.
Si nos da vergüenza llorar delante de los demás.
Si nos reímos cuando vemos llorar a alguien.
O si lloramos al ver a alguien llorar.
Si alguna vez nos hemos reído tanto que nos han caído lágrimas de los ojos.
Cómo pensábamos que nos sentiríamos si no pudiésemos llorar.
Cómo nos sentíamos después de llorar.
Si llorar era malo o era bueno.
...

Cómo veis hablamos de las emociones, de la empatía, del respeto hacia los otros...

Hicimos un dibujo de la parte que más nos había gustado del cuento.

- Así los ve Ana.
- Igual se pone tan contenta que "se le salen las lágrimas".
- Sí, de alegría.

Y este fue el resultado.




Y la gran sorpresa ha venido hoy, cuando Laura nos ha contado que íbamos a hacer nuestro propio bote de lágrimas.

Hemos recordado por qué cosas solemos llorar. 

Y nuestra lista ha quedado así:


Al principio habíamos dicho ALEGRÍA, pero la hemos cambiado por EMOCIÓN porque alegría y risa, nos parecía lo mismo.

Por lo tanto en unas pequeñas lágrimas íbamos a escribir:

EMOCIÓN (cuando escucho una canción bonita, o veo una peli chuli, cuando tengo ilusión porque vienen los Reyes).
RISA (cuando me hacen cosquillas, cuando me cuentan un chiste o algo gracioso, o cuando estoy contento con mis amigos y me lo paso bien).
RABIA (cuando me enfado porque no me compran algo y también me pongo rojo y tengo calor).
DOLOR (cuando me caigo, cuando me doy un golpe).
PENA (cuando estamos tristes, cuando se muere alguien, cuando me quiero quedar en casa con mi mamá).

Algunas de esas cosas nos hacían sentir mejor que otras. Por ejemplo la risa y la emoción nos hacen estar contentos, pero la pena o el dolor... no tanto.

- Nos duele dentro.

Pero antes de ponernos manos a la obra, Laura nos ha enseñado algo bastante raro. Lo hemos observado y hemos ido comentando qué pensábamos que era.

Parecía un boli, un boli transparente. Pero tenía pelos como los pinceles. Y ya cuando lo ha desmontado y lo ha separado en partes no sabíamos qué pensar.

Después nos ha dicho que le iba a poner agua ("Estás loca", le hemos dicho).

Aquí tenéis el objeto extraño.



Luego nos ha enseñado unas pinturas.

- Son de madera.
- Pero grandes y no tienen color fuera.
- Sí, esas están en clase de Jesús (el profesor de religión).

Y ha pintado con ellas en un papel.



Pero cuando nos ha dicho que iba a probar ese "artilugio" en el papel...


- ¡MAGIA!
- ¡Se pinta todo de azul!
- No se ven las rayas.
- Parece...
- ¡Acuarela!
- Pero sin vaso de agua.
- Y sin las acuarelas (el estuche de las acuarelas).
- Claro es que el agua está dentro.
- Y sale y se mezcla y sale así.

Y Laura ha pensado probar con otras pinturas de clase: ceras, madera, plastidecor... Y con las de madera, también "sale magia".

Por lo tanto nuestro bote lo hemos hecho con este pincel mágico.

Y cuando hemos tenido todas las partes pintadas, picadas o recortadas ha llegado el momento de unir todo.

Y como las lágrimas no se pueden dejar encerradas y tienen que salir todas (las de risa, las de pena, las de dolor...), hemos hecho que nuestro bote se pudiera abrir y cerrar.




Así que encantados nos hemos llevado nuestro bote de lágrimas a casa, para contar a nuestras familias todas las cosas que hemos aprendido con Simón.

Si os ha gustado el libro, podéis consultar en vuestras librerías/bibliotecas o comprarlo aquí.

Gracias Ana por crear esta fantástica historia.

Y cómo no, Lágrimas bajo la cama ya tiene su hoja en nuestro Árbol de los cuentos



Que aunque no os hemos hablado de otros libros, ya veis que tiene unas cuantas hojas más.




Lágrimas bajo la cama
Ana Meilán / Marta Mayo
2016
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