29 de enero de 2017

Picasso y la paloma de la Paz

Aprovechando que mañana se celebra el Día Escolar de la No Violencia y la Paz, queremos contaros algo que pasó el martes.

Laura vino a clase con una noticia que nos sorprendió mucho.

Habían aparecido en su casa un montón de palomas.

- ¿Se han ido volando?
- ¿Dónde están?
- Habrán venido a ver a Tortugui.

Las palomas no eran palomas de plumas, si no que eran unos dibujos en un papel.


La profe puso las imágenes en la pizarra y las observamos en silencio. Después cada uno fuimos diciendo cual nos gustaba más y porqué, y qué veíamos en la imagen.

- Son palomas de la Paz.
- A mi me gusta la de las flores, porque tiene muchos colores.
- Pues a mi me gusta la del sol, que tiene debajo una espada.
- A mi la que tiene un palito en el pico.
- A mi la niña que cuida a una paloma y tiene una pelota de colores.
- A mi la que tiene caras de señoras alrededor.
- ...

Cuando terminamos, Laura nos contó que todas esas imágenes eran cuadros de un mismo pintor.

- ¡Kandinsky! - dijimos muchos sin dudarlo.

Pero no eran de él, si no de un pintor español llamado Pablo Picasso. (Pablo Ruiz Picasso).


El pintor malagueño hizo famosa la paloma como símbolo de Paz , cuando uno de sus dibujos fue seleccionado para el cartel del Primer Congreso Mundial de Partidarios de la Paz, celebrado en Paris en abril de 1949.


En 1945 finalizó la Segunda Guerra Mundial, dejando una gran cantidad de muertos y heridos. Tres años después un grupo de intelectuales del mundo se reunieron para decidir como se podía evitar los que una guerra similar se repitiera de nuevo. Y como iniciativa de esta reunión se convocó el Congreso Mundial.

En ese congreso participaron personas muy importantes de todo el mundo, entre ellos Pablo Picasso.

Desde entonces el pintor comienza a realizar una serie de dibujos de palomas, algunos de las cuales se utilizarían para otros congresos similares.

A Picasso le encantabas los animales, y las palomas le acompañaron en muchas de sus obras.


Cuentan que su segunda hija nació el día que comenzó este Congreso y por eso decidió ponerle de nombre Paloma. A su vez, cuando su hija tuvo una niña, la llamó Paz.

Después Laura nos contó un poquito la historia de cada uno de los cuadros.

En uno de ellos podemos ver cuatro caras de diferentes tonos de piel. Este cuadro nos quiere explicar la existencia de diferentes razas, todas ellas unidas por la paloma de la paz. 


En otro, por ejemplo vemos una paloma posada por objetos que representan la guerra: espadas, armas...



También vemos una niña "cuidando la paz"...


La que más nos llamó la atención a la mayoría fue esta.


Y por eso hicimos nuestra propia versión.

Laura nos preguntó si nos atreveríamos a dibujar una paloma igual a la del cuadro de Pablo Picasso.

- Pero es difícil, porque está muy bien hecha.
- Pero a nosotros nos sale bien.
- Y si no sale igual no pasa nada. 

Así que nos preguntó qué nos parecería si esta vez le pidiéramos ayuda a la luz.

- ¿Quién es luz?
- Pues seguro que una pintora.

La profe nos pidió que pensáramos de qué manera ella a veces hace los dibujos en papel continuo. La verdad es que no nos acordábamos de eso.

Así que encendió el proyector y puso en el ordenador la imagen de la paloma. Nosotros la podíamos ver reflejada en la PDI (Pizarra Digital Interactiva).

Al principio era grande y ocupaba toda la pantalla, luego le fue cambiando el tamaño y la hizo más pequeñita.

Nos enseñó un folio en blanco y lo pudo sobre la PDI.

De repente esa paloma pequeña se veía dentro del papel.

- ¡Ya está! ya la tienes.

Pero cuando lo quitó, desaparecía y el papel estaba en blanco.

- A ver, dale la vuelta al papel que seguro que está detrás.

A la profe esto le dio mucha risa, pero cuando giró el papel la paloma tampoco estaba allí.

Volvió a colocar el folio sobre la PDI y allí estaba de nuevo. Laura nos explicó que si ponemos algo justo delante de la luz del proyector se ve reflejado en esa superficie. Primero en la pizarra, luego en el folio. Cuando Laura puso su mano en esa zona, también vimos la paloma en su palma. Se puso de espaldas y pudimos ver en su bata morada la paloma perfectamente.

Así que solo nos quedaba pensar como la podíamos pasar al papel.

- Pues coge un lápiz y repasas la línea que se ve.

Dicho y hecho. Y de esa manera hicimos que la paloma estuviera en el folio.

Después nos dijo que pensáramos en qué más sitios, además del proyector, tenemos luz en clase.

- ¡En la mesa de luz!

Así que la encendimos y pusimos una paloma encima, y sobre ella un folio en blanco.

- Haz lo mismo, repasa con lápiz el dibujo y a ver lo que pasa.

Y lo que pasó es que obtuvimos otra paloma igualita.

Pero claro...si en casa queremos jugar a calcar alguna vez, iba a ser complicado. No tenemos proyector y solo alguno de nosotros tiene mesa de luz.

Y pensando, pensando... resulta que todos tenemos cosas que dan luz en casa (además de las bombillas).

- ¡Las ventanas!
- Sí, porque entra sol.
- De noche no funcionará.

Y probamos a calcar una paloma en la ventana.

¡Menudo descubrimiento!

Entonces, después de todas estas reflexiones, llegó el momento de hacernos nuestra propia paloma de la paz al estilo Picasso.

Lo primero era calcar la silueta de la paloma. Para ello, utilizamos la mesa de luz ya que era más cómodo hacerlo sentados con el papel apoyado en horizontal. Tuvimos mucho cuidado de no mover el papel, algo muy importante cuando estamos calcando.




Después repasamos esa línea con rotulador azul. Escribimos la palabra PAZ y firmamos el cuadro poniendo nuestro nombre y el apellido del autor original.


Tras pintar el fondo con pintura tumbada de colorines, solo nos faltaba hacer las flores. Cada uno las hicimos como quisimos, con puntitos, con gomets, con pintura, rotuladores...



El resultado nos encantó, así que os las dejamos para ver si os gustan.

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1 de marzo de 2016

Pequeño Azul y Pequeño Amarillo


Hace unos días descubrimos con la mesa de luz una historia muy bonita con la que aprendimos que el color verde aparece al mezclar el color azul y el amarillo. 

Esta actividad partía de un cuento, un álbum precioso titulado: Pequeño Azul y Pequeño Amarillo.

Un libro que nos ha servido para volver a comprobar que la mezcla de dos colores da como resultado otro color conocido (igual que nos pasó con el naranja).

Tras colocarnos en posición para jugar con la mesa de luz, encender la mesa y guardar silencio apareció en escena Pequeño Azul.



La historia nos cuenta como dos buenos amigos, Pequeño Azul y Pequeño Amarillo, se funden en un abrazo y cambian de color. No saben como volver a su estado natural, hasta que lloran por lo sucedido.

Después de conocer la versión con la mesa de luz (un sucedáneo, en el que Laura se inventó alguna cosa y cambio otras tantas), conocimos la historia que el genial Leo Lionni creó.

Jugamos con papel de celofán, que nos encanta, porque podemos jugar a ver el mundo de colores poniéndolo en nuestros ojos. Y también jugamos a mezclar las témperas azul y amarilla.






Os dejamos un vídeo del cuento, pero especial...en inglés y con plastilina. 



Pequeño Azul y Pequeño Amarillo
Leo Lionni
Traducción de Pedro Almeida
Kalandraka, 2005
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27 de enero de 2016

Los vasitos de colores

Hoy os vamos a enseñar otra de las actividades que realizamos con la mesa de luz.

Tenemos unos vasitos pequeños que cambian de color con nuestra mesa de luz.

La primera vez que los vimos, nos gustaron mucho, porque eran chiquititos, y eran transparentes, pero tenían colores. 
Con ellos, Laura nos pidió que hiciésemos una torre, lo más alta que pudiésemos. 

Uno a uno, fuimos saliendo a hacer nuestra torre. 

Algunos pusimos los vasos unos dentro de otros. Otros probamos a dar la vuelta a las vasos, para ver si así era más alta. Alguno supimos ponerlos de tal manera, que apoyado en dos vasitos, el de arriba subiera una altura.

También los hemos clasificado, hemos jugado a hacer números y letras...

Pero lo que mas nos gusta es que si en lugar de utilizar luz blanca, usamos luz azul... ¡BRILLAN!

Os dejamos un vídeo para que podáis vernos jugando con ellos.


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22 de enero de 2016

Pero... ¡si esto es azúcar!

Hace muchos días que no os hablamos de nuestra mesa de luz. Desde que la estrenamos en octubre, hemos ido descubriendo diferentes materiales con los que podemos jugar: figuras, pajitas, cubitos, vasos de colores... (os iremos enseñando fotos y vídeos poco a poco).

Y hoy os vamos a contar algo que hemos descubierto esta semana.

Laura nos enseñó un tubo...que nos sonaba de nuestras cocinas.

- Es para los bocatas.

Y sí, era film transparente. Y de repente corto un trozo muy grande y lo puso sobre la mesa. Y luego otro, y otro... de tal forma que la mesa se quedó cubierta. Como se movia un poco, pensamos que lo podíamos sujetar con celo.

- Y eso, ¿para qué es?
- Pues para hacer un bocadillo.

Y después saco una bolsita con algo dentro, y comenzamos a pasárnosla para observar y tocar. Pero...queríamos oler también, así que abrimos la bolsa.

- Es harina.
- Es tierra.
- Es azúcar.
- ¡Sí, huele a azúcar!

Así que después de preguntarnos porqué era azúcar y no sal, llegamos a la conclusión de que era azúcar, porque olía a azúcar... Lo de probarlo no lo vimos claro:

- Puaj!!! ¿Cómo lo vamos a probar?

(nosotros no lo sabemos pero la seño se alegó al oir nuestros "puaj" porque igual, si nos gustaba, en lugar de jugar con él, nos lo comemos...y eso no es muy bueno para nuestros dientes ni nuestra tripita).

Y va la profe, saca una bandeja de las que tenemos para la mesa de luz y echa tooooooodoooooo el azúcar allí. Nos quedamos boquiabiertos.

- Pero, ¿que vas a hacer?

Y pasó algo que nos encantó: podemos dibujar en el azúcar con nuestro dedo...sale la luz por ese caminito y se ve super bien. 

Además lo podemos borrar muy fácil, chafando de nuevo el azúcar o movemos con cuidado la bandeja. (El film es para que no llenar nuestra mesa de azúcar). Así que hicimos puntos, líneas, letras, números, caracoles...todo lo que se nos ocurrió.

¿Queréis verlo?

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11 de noviembre de 2015

La mesa de luz

Todavía no os hemos contado algo que ocurrió hace unas semanas en clase. 

Una tarde, Laura nos dijo que tenía una sorpresa que darnos. Nos pidió que cerráramos los ojos...y al abrirlos...no era nuestra caja de las sorpresas. Era una cosa grande, que estaba cubierta con una tela de colores. La profe no se dio cuenta que había una parte que se veía, la tela se había movido y podíamos ver unas patas.

- Es una mesa.
- Es una silla.
- No, no, una mesa.

Así que: "A la de una, a la de dos y a la de...¡¡TRES!!" la tela desapareció y dejó ver, efectivamente, una mesa.

Pues vaya sorpresa... una mesa. Será que no tenemos mesas en clase.

Laura nos preguntó para qué servía una mesa:

- Para sentarnos.
- ¿Seguro?
- Para sentarnos con una silla.
- Para comer.
- Para pintar.
- Para poner los platos y los vasos.
- Para poner juguetes.
- Y plastilina.

Así que en una mesa, podíamos hacer muchas cosas.

Cómo se acercaba Halloween, sacó de una carpetita unas calabazas y unos cuantos complementos para esas calabazas (ojos, bocas, narices...hasta nos pareció encontrar orejas). Y sobre esa mesa, jugamos a poner cara a las calabazas. 

Nos pareció un juego muy divertido, podíamos hacer un montón de caras diferentes. Pero claro, no nos imaginábamos lo que iba a ocurrir.

Laura nos dijo, que esa mesa, era una mesa diferente y que para funcionar del todo necesitaba un par de cosas más. Y nos enseñó un cable largo y un mando con un montón de botones de colores.

- Ah!! yo tengo uno igual. Es para las lucecitas que tengo arriba.

Así que nos preguntó si queríamos descubrir lo que tenía de especial esa mesa. Y tras un ¡Síiiiiiiiiiiii! rotundo ocurrió esto:


Nada mejor que nuestras caras de sorpresa al ver lo que nuestra mesa especial era capaz de hacer. 

Después de este huracán de sensaciones, observamos con calma, que al cambiar de color no solo la mesa cambiaba de tono, si no que las calabazas parecían distintas... esto no lo entendemos muy bien todavía, pero cuando se mezclan colores...todo cambia.

Y de esta manera, recibimos en clase a nuestra MESA DE LUZ. Un recurso que nos va a permitir realizar muchas actividades diferentes, tanto en las asambleas, como en el nuevo rincón. Con ella vamos a jugar, a aprender, utilizaremos diferentes materiales con los que de manera sensorial descubriremos y afianzaremos conceptos.

En clase ya tiene su sitio, la tenemos cubierta con un mantelito para protegerla.

Os iremos contando todas estas cosas poquito a poco.

Durante estos días, hemos conocido algunas de las normas de utilización:
  • Solamente la utilizaremos cuando nos diga la profe, ya que necesita estar conectada a la luz, y eso...es cosa de mayores.
  • Tenemos que tener cuidado con el cable, para no tropezarnos y hacernos daño.
  • Para ver fenomenal todo lo que ocurre en la mesa, cuando estemos en gran grupo utilizaremos nuestras sillas y las pondremos alrededor (esto lo hacemos genial).
  • Si nos apoyamos sobre la superficie de la mesa... ¡se apaga!, no le gusta nada que nos pongamos encima.

También hemos seguido descubriendo algunas de las posibilidades de la mesa de la luz. Con las calabazas que os hemos contado, hemos hecho juegos de atención en los que siguiendo un modelo dado teníamos que intentar reproducir la misma imagen, nos hemos divertido poniendo a las calabazas, tristes, contentas, enfadadas... También hemos jugado a clasificar formas, tamaños, colores y con esas figuras hemos jugado a crear casas, coches... Y hemos descubierto unos platos de colores, que nos ayudan a clasificar unos dados que tienen agua dentro. Descubrimos que eran "hielos" pero sin congelar. Con ellos podemos hacer también torres.

Os dejamos otro vídeo donde podéis ver alguno de estos momentos.

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